Las colonias de ese organismo se encuentran a poco más de 20 metros de profundidad y se alimentan de restos de especies habitantes de esos ecosistemas marinos, así lo describe un estudio de la revista científica Proceedings of the Royal Society B.

El animal no cuenta con un sistema dentado para triturar las estructuras óseas de las ballenas, sino que segrega un ácido que le permite devorar los esqueletos de los mamíferos, además de aves y reptiles de la región, explica el estudio.

Tras lanzar el esqueleto de un cetáceo al mar antártico junto con trozos de madera, los especialistas detectaron la presencia del gusano en los huesos, a diferencia de los troncos que permanecieron intactos.

Se esperaba que la madera permaneciera intacta, pues en la Antártida escasean los árboles desde hace millones de años, explica el biólogo marino del Museo de Historia Natural de Londres y responsable del proyecto, Adrian Glover.

Las grandes colonias están formadas, en general, por hembras que poseen, entre otras características, troncos alargados casi rosados y una estructura ondulada que funciona como branquia.

En el caso de los machos, menos visibles, son más pequeños y viven en estructuras gelatinosas alrededor de las hembras, informó.

Fuente: Andina