Una “investigación especial” llevada a cabo por Debka file, un sitio de inteligencia militar con base en Jerusalén, iraníes y fuentes del contraterrorismo “ha descubierto que el fiscal argentino Alberto Nisman , de 51 años, fue asesinado el 18 de enero por un agente iraní, que se había ganado su confianza haciéndose pasar por un desertor y que utilizaba el nombre de Abbas Haqiqat-Ju”.

Así comienza la nota publicada por debka.com, que detalla también el contexto político en el que se produjo la muerte: horas antes de presentarse en el Congreso a defender la denuncia contra la presidente Cristina Fernández Kirchner por encubrir a los iraníes imputados por la voladura de la mutual israelita AMIA de Buenos Aires en 1994, en la que murieron 85 personas.

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“Según nuestra investigación, dos ministros de inteligencia iraníes, el influyente Mahmoud Alavi y su predecesor Hojjat-ol-Eslam Heydar Moslehi, se rompieron el cerebro durante nueve años buscando una manera de silenciar al fiscal judío”, señala Debka.

Nisman tenía todo para poner nervioso a Teherán. Los motivos que esgrime Debka para afirmar esto son “que era ambicioso, honesto y valiente perseguidor de la verdad; su condición de judío que poseía conexiones directas con Israel; y en el curso de su investigación amplió su red de contactos con el Mossad y la CIA”.

Fuente: Infobae.