Según informó el ‘Daily Mail’, el pequeño monito verde se colgó silenciosamente por debajo de la rama de un árbol con su cola apenas visible, hecho que fue captado por el fotógrafo sudafricano Chris Renshaw durante un safari.

Mientras tanto, el leopardo fue fotografiado al acecho a lo largo de la parte superior de la rama, a pocos centímetros de distancia del monito.

Pero a pesar de su situación aparentemente desesperada, el mono parece tener una gran ventaja: la mezcla de su piel de color gris con las hojas del árbol le daban un camuflaje perfecto. Esto le sirvió para salvarse de ser devorado.

Los monos verdes son nativos de África, pero no viven en selvas o desiertos, sí en los arroyos cercanos a los bosques, ríos y lagos. Pueden crecer hasta 24 pulgadas y sobrevivir comiendo frutas y verduras, a menudo complementadas con los insectos, gusanos y aves bebé.

Por el contrario, los leopardos son carnívoros conocidos por su habilidad sin igual en trepar a los árboles, su capacidad de correr a velocidades de hasta 36 kilómetros por hora y su adaptabilidad a los hábitats, desde selva tropical a terrenos desiertos.