Una mujer fue asesinada en Afganistán ante una multitud que la acusaba de haber sido infiel a su esposo. Su padre la mató de dos disparos en la cabeza por orden de su líder religioso.

Abdul Ghafur, que ahora se encuentra recluido en la cárcel de Qala-e-now, está acusado de ordenar la muerte de Halima el pasado 22 de abril en un distrito al noroeste de Afganistán.

“Yo estaba allí cuando la mataron, pero también había mucha otra gente”, se defiende el líder espiritual del grupo que avaló que el padre de la joven le pegara dos tiros con total impunidad.

Un video muestra cómo Halima es ejecutada con gritos de “Dios es grande”, después de que diversos religiosos defendieran matarla por el bien de la comunidad.

Achacaban a la joven y a su comportamiento “inmoral” que no lloviera en el distrito desde hacía meses. Y justificaban no entregarla a la Justicia debido a la corrupción del gobierno afgano. “Entrará a la cárcel por una puerta y saldrá por otra”, explicaban.

Halima fue acusada de huir de casa con otro hombre cuando su marido estaba en Irán. Nadie puede demostrar que haya mantenido relaciones sexuales con él, pero sí que se ausentó de casa durante dos días.

Sus familiares, los de su esposo y vecinos del pueblo la buscaron como si se tratara de una cacería. El supuesto amante huyó en motocicleta y la dejó atrás, abandonada en un monte.

“Estuvo quince días con su familia y después los líderes de la comunidad decidieron que había que ejecutarla”, relata el mulá Abdul Ghafur, que asegura que la familia del esposo estableció que su propio padre la matara.

Fuente: Infobae.com