La semana que pasó en España abrió el primer prostíbulo de muñecas de silicona, un negocio que podría acabar con el oficio tradicional y que ha generado polémica por su concepto, modo de servicios y hasta el precio.
Se tratan de muñecas hiperrealistas, las cuales serán elegidas por sus eventuales clientes: qué ropa “se pondrá”, el color de su piel y el tiempo que durará el servicio.
Las citas se harán a través de la página web de Lumi Dolls y la hora con una muñeca cuesta 120 euros (hay una oferta de lanzamiento a 80 euros), la hora y media cuesta 150 euros (100 euros durante la oferta promocional), y dos horas 170 euros (120 en oferta).
Lumi Dolls explica que los encuentros sexuales con estas muñecas serán realistas y aseguró que estas cumplen con todas las garantías higiénicas porque son desinfectadas luego de cada servicio, aunque recomienda que los clientes usen preservativos.
En declaraciones al diario El País, Conxa Borrell, presidenta de la Asociación de Profesionales del Sexo (Aprosex), está convencida que este nuevo negocio no hará la competencia a la prostitución tradicional. “Las sex doll no van a sustituirnos, cumplen su función como fantasía pero no amenazan nuestra profesión”.