Robert Andrew Berdella (31 de enero de 1949 – 8 de octubre de 1992), conocido como “Bob” Berdella, fue un asesino en serie de Kansas City, Missouri, donde violó, torturo y mató al menos a seis hombres entre los años 1984 y 1987.

Siendo adolescente, Berdella entró a trabajar a un restaurante. Allí fue abusado sexualmente por un compañero de trabajo. Al mismo tiempo que se alejaba del catolicismo, asumió su homosexualidad. Fue por esos tiempos que descubrió su amor por el cine y la fotografía.

El “Carnicero de Kansas City” fue capturado el 4 de abril de 1988, después de que una de sus víctimas, que había sido torturada durante una semana saltó desnuda desde un segundo piso y escapó.

Hasta ese momento, había secuestrado y torturado al menos a seis hombres jóvenes, y era sospechoso de otras dos desapariciones, según el Departamento de Policía.

Las jóvenes víctimas de “Bob” Berdella

Este hombre registró detalladamente de las torturas en decenas de fotografías que tomó a sus víctimas. Una enorme cantidad de estas imágenes fueron recuperadas por la Policía de Kansas City y sirvieron como prueba para la acusación.

En su macabro testimonio a la policía contó que “ayudaba” a algunas de sus víctimas proporcionándoles antibióticos antes de torturarlos.

Además reveló que enterraba los cráneos en su patio trasero y los cuerpos desmembrados los colocaba afuera para que se los llevara el camión recolector de basura, motivo por el que los cuerpos nunca fueron recuperados.

En su lista de víctimas figuran jóvenes entre los 18 y 20 años. Se supo, según su testimonio, que ataba a los muchachos luego de drogarlos para poder someterlos sexualmente y torturarlos. En un caso específico, arrancó un ojo de un joven para ver qué sucedía.

Unos meses antes de que fuera arrestado, Berdella recibió una amable oferta para conducirlo a su casa dado su alto estado de embriaguez. En el camino contó historias sobre jóvenes que había secuestrado y torturado en meses anteriores. La persona que lo llevaba no se lo tomo muy enserio en vista de su estado de intoxicación.

Este asesino en serie fue condenado a cadena perpetua y murió de un ataque al corazón en 1992 después de escribir cartas a un ministro reclamando que las autoridades penitenciarias no le daban su medicación para el corazón.