Harvey Murray Glatman (1927 – 1959) fue un asesino en serie estadounidense activo durante la década de 1950. Fue conocido en los medios como “El Asesino de los Corazones Solitarios”.

Este inteligente (CI de 130) y trastornado asesino fue marcado desde niño por su fealdad y el consiguiente rechazo femenino. Enfermándose sexualmente, se convirtió en un resentido fotógrafo voyeurista que fantaseaba con las imágenes de sus víctimas, a las que violaba y asesinaba estrangulándolas.

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Estuvo preso cinco años en Sing Sing por robar y cuando salió, en 1951, se mudó a los Ángeles donde continuó fotografiando a mujeres y fantaseando con ellas. En 1957 conoció a su primera víctima, una jovencita aspirante a modelo llamada Judith Ann Dull, a quien convenció que se tomará una provocativas fotos para una revista. La llevó a su casa, la ató y pies y manos con engaños, la violó, estranguló y abandonó el cuerpo en el desierto.

Asesinó a otras dos jóvenes bajo la misma modalidad. Su cuarta víctima se resistió al ataque y la policía los pudo divisar en el desierto, entonces fue capturado.

Harvey Murray Glatman lo confesó todo, fue juzgado y sentenciado a muerte. El juicio duró solo tres días y Harvey no quiso apelar. Sabía que era justo el castigo y optó por la muerte.

El 8 de Agosto de 1959 fue ejecutado, no profirió ni un solo lamento ni una sola queja. Sus últimas palabras fueron: “Es mejor así, tarde o temprano esto tenía que terminar así”.