En Brasil , José das Graças, de 26 años, con total frialdad confesó luego de ser apresado cómo asesinó a sus víctimas, las cuales ascenderían a 42 en nueve años de crímenes continuos.

“Tenía ganas de matar mujeres, mujeres blancas, ninguna negra. Observaba a la víctima, la estudiaba y esperaba un mes o una semana. Intentaba saber dónde vivía, cómo era la familia, a qué hora andaba por la calle. Pasaba un tiempo y cuando veía una brecha en la casa, una facilidad, aprovechaba y entraba”, narró el criminal.

Detenido en Nova Iguaçú, localidad del área metropolitana de Río de Janeiro, Sailson explicó su preferencia por mujeres blancas y su ansiedad cuando pasaba un tiempo sin matar. “Cuando no lo hacía, me ponía nervioso y, después de matar, ya me quedaba más tranquilo. Después de una víctima, podía estar de buenas un par de meses, sin matar, pensando en la última víctima. Y después salía de nuevo”, dijo.

“Mataba sin preocuparme por la cárcel, hacía las cosas bien hechas porque me gustaba. Usaba guantes para evitar las huellas, miraba si había cámaras o no. Si había vidrios oscuros, ahí intentaba usar un pasamontañas, no llevaba documentos, nada que diese una pista para la policía”.

Fuente: Infobae.