En el trabajo todos pasamos por épocas altas y bajas. Influyen mucho las emociones, la concentración y otras actitudes que veremos en esta nota.

1. Practica cada mañana una mini-rutina: Todas las mañana, al comenzar tu jornada laboral, destina entre 5 y 10 minutos de tu tiempo para definir qué obligaciones son prioritarias y establecer cuánto tiempo le dedicarás a cada una de ellas.

2. Deja tus emociones fuera de tu empleo: Deja fuera de tu trabajo tus preocupaciones y problemas de tu vida personal. Céntrate en los deberes que debas cumplir para obtener buenos resultados.

3. Establece un horario: Cada vez que te sientes a trabajar en un proyecto, determina cuánto tiempo invertirás en ello. Esto te facilitará realizar una cosa a la vez y que te enfoques en un solo tema.

4. Evita las distracciones: Antes de comenzar a trabajar, asegúrate de eliminar o guardar todas las cosas que podrían desviar tu atención.

5. Reflexiona: Al menos una vez al día, dedica 5 minutos para reflexionar. Este hábito mantendrá tu perspectiva positiva, lo que permitirá que tu ritmo de trabajo se mantenga fluido.

Fuente: Universia