La mayoría de los empleados se encuentran con al menos un compañero ‘sabelotodo’ en algún momento. Existen métodos, que según Forbes, podría emplear para poner en su lugar a este ‘querido’ personaje.

- El primer paso será contar con el arma y esta, para su buena suerte, será la información. Cuando exponga una idea, compruebe sus fuentes y verifique los hechos. Cuanto más consistente sea, menores las posibilidades para el ‘sabelotodo’ de intervenir y comandar la situación.

- Si no logró bloquearlo, entonces recurra a un plan B sin lugar a pérdida: hágale preguntas. “¿Por qué crees esto? ¿Cuáles son tus fuentes?”. Sea específico, eso le enseñará a su compañero que necesita ordenar sus ideas antes de interrumpir y decirlas en voz alta.

- Algo que no deberá olvidar es que hoy las guerras las ganan los creativos, así que mantener el sentido del humor le evitará situaciones incómodas. Los ‘sabelotodo’ siempre están a la defensiva y a veces se tornan agresivos. No los ponga en un cuadrilátero; por el contrario, sonríales, no lo esperan.

- Reducir la influencia de alguien que cree tener siempre la razón es una batalla ardua, pero nunca inconquistable. Si su esfuerzo no da resultado, empieza a impacientarse y cree que es momento de conversar con su jefe, piénselo dos veces. Hágalo solo si siente que el comportamiento de su insoportable colega de verdad afecta su éxito laboral.

- No es difícil reconocer a un ‘sabelotodo’. Un compañero con tendencia a monopolizar las conversaciones y restarle importancia a lo que los demás dicen, debería ponerlo en alerta. Si, ya en la oficina, el personaje tomó decisiones apresuradas basadas solo en su instinto, debe saber que, en efecto, este es su caso.