Toda es parte de la etapa más importante en un proceso de selección, por lo que es necesario evitar los clichés y los discos preelaborados conocidos por todos.

De acuerdo a la agencia Andina, para un profesional resulta muy fácil hablar de sus fortalezas en una entrevista, ya que buscará siempre destacar sus capacidades y competencias, con el propósito de ser considerado el más apto para la vacante.

Sin embargo, es muy común que los reclutadores soliciten a los postulantes hablar, también, acerca de aquellas debilidades para tener un conocimiento más detallado de sus características personales y profesionales.

Surge entonces, en el profesional, la normal preocupación de ser descalificado en el proceso si expone sus defectos.

Frente a esta disyuntiva, la gerente de selección de Adecco, Mercedes Gonzales, brindó algunas recomendaciones sobre cómo afrontar esta situación.

Evite los clichés

Existen muchos guiones sobre qué decir cuando en una entrevista se nos pregunta por nuestros defectos. Estos discursos preelaborados son muy conocidos. Hay que evitar caer en el cliché respondiendo, por ejemplo, que nuestro principal defecto es ser “perfeccionista en exceso” o “no tolerar las críticas”.

Debilidades no determinantes

Una buena opción de hacer frente a este tipo de preguntas sin dejar de ser honestos, es hablar de características negativas que no sean determinantes para el cargo al que postula.

Oportunidades de mejora

En una entrevista es importante demostrar que somos conscientes de los defectos que podemos tener y que, por lo tanto, tenemos toda la disposición de mejorar. El reconocimiento de alguna debilidad es considerado como una gran oportunidad de cambio y es bien visto por un evaluador.