Según el ‘Daily Mail’, Jim mantiene cautivas a algunas de las serpientes más peligrosas del mundo y ’ordeñar’ es un término del argot para extraer su veneno.

Todos los días Jim atrapa cientos de reptiles con las manos desnudas antes de colocar sus cabezas en un vaso de vidrio donde vierten, a chorros, su veneno.

Él de 55 años de edad, y su esposa Kristen, de 37, tienen en su casa la colección más grande de serpientes venenosas de Estados Unidos, y posiblemente del mundo, bautizada como el Reptile Zoo Kentucky.

Aunque parezca increíble, Jim ha sido mordido en ocho ocasiones, incluyendo una mordedura de una víbora cabeza de lanza que lo dejó en el hospital durante cuatro semanas. También necesitó tres operaciones para quitarle los abscesos de los dedos.

Las lesiones de Jim le han dejado sin extremidades en algunos de sus dedos y con cicatrices en las manos, pero él asegura que el dolor es todo lo que vale la pena porque el veneno que extrae puede salvar vidas.

Cabe indicar que el veneno de la mamba ha sido usada para tratar el Alzheimer; el veneno de la cobra asiática, para la medicación antiviral; y el de la malaya, para el ictus. Algunos venenos de víbora incluso se han utilizado en la investigación sobre el cáncer de piel y de mama.