La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos (BLS), por sus siglas en inglés, calcula que el empleado promedio gasta más de las dos terceras partes de su día en el trabajo o en las actividades relacionadas al ámbito laboral. Eso es más tiempo del que pasa una persona durmiendo o criando a sus hijos. Razones suficientes para detenerse a pensar si vale la pena seguir dedicado a un trabajo que quizás podría estar en el ránking de las peores profesiones del mundo.

Desde 1988 la página de empleo CareerCast está haciendo esta selección de labores, sin embargo en 2013 hubo una alteración en el orden en donde el último puesto saltó a los primeros lugares. Por debajo de leñador, portero de fincas, recolector de basura o conductor de bus se encontró el reportero.

Algunas de las variables que a lo largo de los años le han dado al trabajo de reportero una de las puntuaciones más bajas son el sueldo, el ambiente de trabajo y el horario. No obstante, hay otras que han perdido valor en los últimos años y que han provocado que la profesión sea la peor valorada de 2013.

Constantes relacionadas a la escasa demanda (pocas contrataciones), la ampliación de tareas (el trabajo incluye ahora redes sociales y blogs) y la incertidumbre.

El trabajo de reportero gráfico, también relacionado con periodismo, ocupa uno de los últimos puestos, concretamente el 188.

La profesión mejor valorada en 2013 fue la de actuario (valoración de riesgos en aseguradoras), seguida de ingeniero biomédico, ingeniero informático, otorrino y planificador financiero, gracias a que tienen un ambiente de trabajo agradable, un nivel de estrés bajo y unas expectativas de proyecciones altas.

Fuente: Elespectador.com