Los espacios de trabajo se han vuelto cada vez más reducidos. Hoy en día, las personas trabajamos en cubículos, o con separaciones muy pequeñas entre una y otra estación de trabajo, por lo que la privacidad parece ser cosa del pasado.

Según el diario mexicano Excélsior, cada oficina llega a tener al compañero que acostumbra elevar su tono de voz de tal forma que ni siquiera los audífonos nos ayudan a escapar de su conversación.

Por tal motivo, la web emite una serie de recomendaciones, con base en el portal de empleo Trabajando.com, que señala que en la oficina, como en cualquier sitio, debe haber reglas apegadas al respeto y la tolerancia, necesarias para la convivencia.

Entonces, ¿qué hacer?

1. Lo primero es tener una conversación con la persona que habla con voz alta, con respeto, claridad y haciéndole ver cómo afecta a los demás.

2. El equipo debería diseñar un plan para que las llamadas telefónicas prolongadas o personales se realicen en un lugar más aislado.

3. Tratar de tomar el asunto con un poco de humor (sin rebasar la línea del respeto) ayuda a distender el ambiente.

Finalmente, Trabajando.com añade que “las llamadas telefónicas también generan conflictos en las reuniones de trabajo, y es que hay personas que se alejan del resto del grupo para atender una llamada, pero aunque traten de ser respetuosos, en ocasiones, esto de igual manera es una falta de respeto, ya que la persona que está exponiendo ha dispuesto un tiempo determinado para revisar asuntos en conjunto y, por lo tanto, merece toda su atención”.

Fuente: Dinero.univision.com