Más allá de las listas

No te conformes con hacer un listado de las labores que tienes por hacer. Asígnales un horario en el día para que seas realista con lo que puedes realizar. De ese modo no tendrás una enorme lista con cosas que seguramente no terminarás, sino que terminarás la lista cada día.

Tu hora de salida

No te olvides del equilibrio entre la vida personal y la profesional, así que programa tus labores tomando en cuenta tu horario de salida. Recuerda que después de ese horario sigue tu vida personal, que es tan importante como tus quehaceres laborales, así que evita llevar tus labores hasta ese horario. Sentir control sobre tus labores disminuirá además tus niveles de estrés.

Un plan semanal

Haz tus planificaciones, pero tomando en cuenta la semana completa. Si bien es cierto que es necesario tener las labores a desempeñar cada día, en lugar de saturar esa lista ve distribuyendo, con base en las prioridades, esas labores a lo largo de tu semana laboral. De ese modo no te saturas y sí logras cumplir con tus metas a un plazo no tan corto.

Según investigaciones, tu tiempo es empleado más sabiamente cuando sigues un plan, además de que poner las cosas por escrito te hace apegarte más a cumplirlas.

Pocas cosas, pero de alto impacto

Debes hacer lo suficiente, pero con gran valor, en vez de muchas cosas que resulten inútiles. No le digas “sí” a la cantidad; dile “sí” a la calidad. Asegúrate de que lo que haces es de alto impacto para tu trabajo y también para tu vida diaria.

Evita los distractores

Si haces una revisión, descubrirás que has empleado mucho tiempo en distractores como reuniones y correos electrónicos, muchos de ellos improductivos. Ponte a trabajar en aquellas cosas en las que explotes tus talentos, habilidades y requieran tu pensamiento profundo, de modo que asegures resultados de alto valor. Puedes designar una hora para chequear los correos y atender pendientes, pero procura no sobrepasar ese límite.

Fuente: Dinero.univision.com