En muchas ocasiones, los superiores se dan cuenta de tales actitudes, lo que eventualmente puede traer problemas a los trabajadores. Estos son algunos ejemplos.

1. No pedir disculpas por los errores y, más bien, buscar excusas para taparlos.

2. No tratar bien al jefe o incluso despreciarlo sin mucho disimulo.

3. No cumplir con las fechas o los compromisos asumidos. Comunica incapacidad, falta de seriedad y poco respeto por las personas y el trabajo en sí.

4. Dejar todo para último minuto. Genera un estrés innecesario a todos, y compromete la calidad de los resultados.

5. No ser agradecido o no darse el tiempo para reconocer y validar el esfuerzo de otros. Eso denota poca consideración e indiferencia por el trabajo ajeno y afecta negativamente las relaciones.

6. No cumplir a cabalidad con los encargos o las tareas.

7. Ser el negativo del grupo. Vivir quejándose de todo, hacerse la víctima o hablar mal de otros nos hace poco populares, ya que nunca es agradable trabajar con gente así.

8. No participar en los eventos sociales de la oficina demuestra indiferencia y poco espíritu de cuerpo. Lo mismo sucede cuando uno no se interesa en la vida personal de los demás.

9. No prestar suficiente atención en las reuniones o dejar de participar activamente en ellas por estar contestando correos o mandando mensajes de texto o WhatsApp. No solo es signo de desinterés en el trabajo y en las personas presentes, sino también son señales de falta de cortesía y de mala educación.

Fuente: Elcomercio.pe