1. Organízate:

Entre tantos mails y llamadas que recibes a diario, puede ser complicado enfocarte en la tarea que realices en cierto momento de tu jornada. Considera imponer cierta disciplina en la lectura de tus mails. Revisa tus mensajes cada hora o cada media hora, para asignarte un tiempo completamente a aquellas tareas que requieren de tu concentración.

2. Deja de intentar hacer todo a la vez:

En el 2009, un grupo de investigadores de Stanford determinó que hacer muchas tareas a la vez no permite que las personas presten atención en la misma medida de aquellos que mantienen una forma de trabajo más lineal.

3. Piensa como tu jefe:

Sé empático con tu jefe y descubre lo que busca en un empleado.

4. Establece relaciones fuertes con tus colegas:

No solo con tus compañeros inmediatos, sino también con personas de otros departamentos. Aliarte con personas que puedan ayudarte y con trabajadores que llevan mucho tiempo en la empresa, e incluso los vigilantes, son personas claves. Ademas, es mejor ser querido por todos que odiado por todos.

5. Escucha:

Escucha a tu jefe, claro está, pero también a tus subordinados y a tus colegas.

6. Llega temprano:

Si llegas un poco más temprano, ya estás un paso más adelante que los demás en cuanto a tus tareas del día. Incluso puedes premiarte a ti mismo luego con un almuerzo más grande, por ejemplo.

7. Descansa:

Asegúrate de tener vacaciones en las que puedas descansar totalmente, sin revisar tu correo ni pensar siquiera en tu trabajo. Esto te ayudará a desarrollar tu poder de control sobre tus planes, además de recargar tus baterías para volver mejor que antes a la oficina.

8. Sé claro y pide claridad:

Busca siempre la precisión la información clara en tu trabajo para desempeñarte correctamente. Si tienes alguna duda, ¡aclárala!

9. Prepárate:

Realiza una buena investigación y prepárate antes de asumir alguna responsabilidad.

10. Sé humilde:

Es mejor evitar los adjetivos exagerados; en su lugar, describe sencillamente tus aptitudes y logros. Deja que hablen por ellos mismos.

Fuente: Forbes