Sin embargo, si hacemos uso de la razón, sabremos que la manera de salir seguramente tendrá consecuencias en nuestra vida profesional.

Por tal motivo, es necesario que guardes la calma. Lee estas diez maneras de renunciar que debes evitar a toda costa, que enlistó la versión digital del periódico mexicano El Universal.

Simplemente irte. Si tu desesperación ya es muy grande y no aguantas más, decides irte sin darle a tu jefe dos semanas de anticipación, sin previo aviso, lo cual te hará ver irresponsable.

Exceso de sinceridad. En el momento en que llegas a tu límite le dices a tu jefe que es la personificación del diablo y una serie de insultos que te dejan sin nada más que hacer en esa oficina.

Con bromas pesadas. Si por ejemplo se te ocurre gastarle una broma de mal gusto a tu jefe, seguro esa será la peor despedida que podrías tener.

Con amor. Si las relaciones amorosas están prohibidas en la oficina, no se te ocurra conseguirte un noviazgo, pues estarás contraviniendo claramente una regla de oro.

Con rebeldía. Por ejemplo llegando tarde, faltando a laborar o pasártela todo el día en las redes sociales. Así saldrás muy mal.

Agresión. No solo se trata de irse a los golpes con el jefe. También podría ser manotear en medio de una discusión o golpear objetos.

Trapitos al sol. No se te ocurra gritarle al mundo que el jefe debe impuestos, o qué comportamiento tuvo en alguna fiesta. Eso te hace ver como una persona inmadura.

Robando. Recuerda que robar es un delito, así que si tomas algo que no te pertenece no solo podrías perder el trabajo, sino que también podrías terminar en prisión.

Relacionándote con la familia del jefe. Si tienes contacto con la hija o hermana (o hijo o hermano, según sea el caso) de tu supervisor, debes ser cuidadoso y no involucrarte con ellos.

Ir con el superior. Si “te saltas la autoridad” de tu jefe, seguro desatarás su ira, así que ten cuidado de las consecuencias.

Fuente: Dinero.univision.com