Algunas personas se ponen nerviosas, algunas a la defensiva o algunas excesivamente empáticas cuando ven a alguien que comienza a llorar en su trabajo. ¿Qué hacer ante ello?

En realidad no es tan difícil manejar la situación hábilmente. Ambos pueden sacar algo positivo de ello.

Los que lloran están generalmente molestos porque alguien les ha tomado por sorpresa con una mala noticia o porque algo que ellos valoran ha sido cuestionado, desconocido y violado, dijo la psicóloga organizacional Liane Davey de Knightsbridge Leadership Solutions.

Pero jamás asumas que el que llora no puede tener una conversación racional o que es débil.

Entonces, ¿qué debes hacer? Pues ofrece un pañuelo y escucha en silencio lo que la persona tiene que decir.

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“Las lágrimas no son radiactivas y no es necesario entrar en pánico”, dijo Davey.

También está el qué no hay que hacer. No dejes que un arrebato emocional (o el temor a uno) sea una excusa para darle a alguien un pase libre sobre un problema o para evitar tener una conversación difícil. Eso no sería justo para el resto de tu equipo.

“Si ves una emoción, abórdala. Deja en claro que estás dispuesto a considerar los hechos, sentimientos y valores que forman parte de cualquier tema”, señaló.

Finalmente, ¿qué puedes aprender de toda esta situación? El hecho de que alguien sea llevado hasta las lágrimas puede decirte algo acerca de esa situación que has estado pasando por alto o desestimando como algo poco importante.

Escuchar lo que la persona que llora dice realmente y tomarlo en consideración puede servir de mucho para construir un mejor entendimiento entre ambos. También ayudará a la persona que llora a considerarte alguien compasivo.

Fuente: Cnnexpansion.com