En el camino entre una idea inicial y un emprendimiento exitoso se deben atravesar numerosas etapas y superar muchos obstáculos. Por eso es importante que desde el principio sepamos ser realistas y autocríticos, aunque sean nuestras ideas más brillantes. Te dejamos algunos consejos para que inicies tu camino con seriedad y puedas sentir que pisas suelo firme.

1. No empieces antes de tiempo

Las ideas necesitan tiempo para madurar. Aunque hay oportunidades de negocio que demandan acciones urgentes, si no tienes experiencia en finanzas, la prisa puede hacerte tropezar y hasta frustrar tus planes por completo. Debes usar una buena porción de tiempo para perfeccionar tu idea lo mejor posible para que cuando comiences a invertir en serio, puedas responder a los imprevistos con mayor conocimiento y solidez.

2. Aprende a modificar tus ideas sin miedo

Saber cambiar de lleno o dejar ir tus ideas más queridas es normal en el proceso de transformar un pensamiento en negocio. Atarnos a lo primero que se nos ocurrió representará un verdadero obstáculo. Recuerda: siempre es mejor descartar una idea frágil antes que invertir tiempo, dinero y esfuerzo en ella y que no resulte.

LEE TAMBIÉN: Siete secretos de tu competencia que harán que tu negocio crezca

3. Estudia el rubro elegido a detalle

Este no es un dato menor. Si vas a vender un producto, te convendrá conocer perfectamente todos los detalles del mismo: su historia, datos prácticos del tipo peso, medidas, cuántos caben en una caja, cómo se transporta, cuánto tiempo se puede almacenar.

Si vas a ofrecer un servicio, debes saber muy bien las distintas formas en las que puede ser brindado, qué elementos y accesorios son necesarios para que todo salga bien, dónde se consiguen y cuánto cuestan. A veces, hablar con consumidores habituales del producto o servicio, te puede ayudar a saber qué es lo que atrae del mismo.

4. Analiza la competencia y diferénciate

s extremadamente importante conocer quién ofrece tu producto o servicio en el mismo lugar que tú. No importa sólo quién, sino cómo lo hace, desde cuándo, qué fortalezas y debilidades tiene, cómo atrae a sus clientes y qué respuesta obtiene.

A veces es bueno convertirte en su cliente para que tengas idea de cómo mejorar.

Debe ser algo que le guste mucho a tu público: recuerda que tienes que darles razones concretas (y con hechos, no sólo con palabras publicitarias) para que te elijan a ti y no a los demás.

Fuente: soyentrepreneur.com