Los publicistas exhiben su obra en Facebook, los detectives privados perdieron poder y algunas filtraciones ponen en riesgo reputaciones.

Un artículo de BBC Mundo sostiene que la incorporación de Internet en la vida cotidiana de la gente ha transformado el ecosistema comunicacional y debido a esto se han establecido nuevos tipos de trabajo para poder mantener y adaptarse al nuevo orden.

Gestor de reputación 2.0: Miguel del Fresno se considera “responsable de imagen de marca”, un profesional que se encarga de investigar la reputación de la empresa en Internet, controlar esa reputación mediante técnicas y herramientas de rastreo y gestionar la buena imagen de la organización.

Del Fresno sugiere una persona con “altas habilidades comunicativas en el contexto online, que maneje los códigos que funcionan en la red y que escriba muy bien”.

Trafficker: Fernando Soto ocupa el cargo de AdTrafficker en la firma Creafi Online Media. Su hábitat natural está en los medios publicitarios online y dispositivos móviles; chequea permanentemente la evolución de las campañas que consiguen sus compañeros de ventas, analiza su viabilidad, supervisa su progreso, controla el tráfico de visitantes que llega a cada una de esas campañas y las optimiza para lograr los mejores resultados.

Curador de contenidos: Es un experto en la ubicación de contenidos interesantes de otros sitios; procesa o reescribe esos materiales, los organiza y los refiere a la audiencia. Elabora un producto con un valor adicional a la mera selección de fuentes.

Los sitios de noticias cuyo negocio no es el de generar contenidos propios, suelen contratar personal con este perfil. Es un perfil de trabajo digital desempeñado por periodistas. En Estados Unidos el ejemplo clásico es el del Huffington Post y el Daily Beast.

Cazador de tendencias: El coolhunter aplica diferentes estrategias de investigación en línea para determinar tendencias con un objetivo comercial y económico. Obtiene información útil y relevante para la organización y los clientes, percibe las demandas de los consumidores para anticiparse a la competencia, detecta oportunidades de negocios y nuevos nichos del mercado.

Esta figura cobra importancia en la fase de lanzar y comercializar un producto y/o servicios. Previene de la adquisición de tecnologías no convenientes o inversiones de riesgo. Suelen ser sociólogos, antropólogos o especialistas en mercadeo.

Forense digital: su tarea es determinar contenidos falsos o plagios, así como “espiar” en ordenadores, redes y dispositivos móviles para la determinación de delitos electrónicos.

Además de conocimientos en informática, se requieren preparación en investigación criminal y del marco legal en el país donde se ejerza. Usualmente los informáticos forenses son contratados para casos específicos.