El margen de maniobra es tan escaso que prácticamente Perú no podría elevar la generación de electricidad en las plantas y evitar cortes de energía en caso de que se produzca alguna falla o alguna instalación tenga que entrar en mantenimiento.

“Solamente viendo la época de estiaje (caudal mínimo), este año estamos mal, con solo un 6% (de reserva), el próximo estamos en 7%, con las justas. Por eso estamos con todos estos problemas”, explicó a Reuters.

Butrón aclaró que los posibles apagones serían breves y restringidos en algunas zonas. Lo recomendable es que el país tenga un margen de reserva eléctrica, o la capacidad instalada de las generadoras que habitualmente no se usa, de un 30% durante el año o al menos que alcance el 15% en la época de estiaje.

Butrón detalló que el nivel de reserva mejoraría levemente con la puesta en marcha, en julio o agosto, de una planta de ciclo combinado de unos 285 megavatios de la empresa Kallpa.

Tras un breve respiro en el 2014, gracias a la puesta en marcha de varias plantas y líneas de transmisión, el panorama se tornará aún más crítico en el 2016, después de que comiencen a funcionar gigantescos proyectos mineros en el segundo productor mundial de cobre del planeta.

Ese año el COES estima que la reserva eléctrica sería de apenas un 1%. Por años, la nueva capacidad instalada eléctrica en Perú se ha concentrado en el centro del país, pues es la única región hasta donde llega el gas de Camisea.

El norte y el sur, que paradójicamente albergan la mayoría de los planes mineros vitales para la economía local, han estado huérfanos de inversiones de largo plazo. Sin embargo, este proyecto está demorado en medio de temores ambientales de pobladores.

Fuente: Reuters