Un voto a favor de la independencia escocesa en el referéndum de este jueves amenaza con deprimir un floreciente mercado inmobiliario, dado que miles de propietarios de viviendas se convertirían en deudores de entidades crediticias extranjeras.

Los líderes políticos británicos debaten sobre si una Escocia independiente conservaría la libra, y el resultado tendría importantes consecuencias para la economía y la vivienda.

Si los propietarios de viviendas escoceses tienen que reembolsar préstamos con denominación en libras como moneda extranjera, correrían el riesgo de mayores costos y un posible impago.

El primer ministro David Cameron advirtió el 14 de septiembre que la escisión sería equivalente a un “divorcio doloroso” y dijo que Gran Bretaña no compartirá su moneda con una Escocia independiente. Los líderes independentistas minimizan la amenaza del gobierno e insisten en que Escocia y el resto de Gran Bretaña formarían una unión monetaria que beneficiaría a ambos países.

Fuente: Bloomberg