La presentación del cuarto plan de restructuración por Doe Run pone en el escenario la posibilidad de que la Junta de Acreedores no liquide a la empresa y que el Complejo Metalúrgico de La Oroya siga a su cargo.

Russ Carnahan, representante del tercer distrito de Missouri, donde opera una de las fundiciones de plomo de Doe Run Corporation y su empresa matriz Renco Group, envió una carta al Congreso peruano, donde expuso los antecedentes negativos del Grupo Renco, matriz de Doe Run.

El congresista informó de la situación de las personas contaminadas por plomo en Herculaneum, un pueblo de 2 mil 800 personas, ubicado junto al río Mississippi en EE.UU., que al igual que La Oroya ha sido golpeado por la emisión de plomo durante décadas.

En el año 2000 la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Recursos Naturales de Missouri exigieron a Doe Run nuevos controles de contaminación y la limpieza de los patios de las casas que presentaban niveles de plomo por encima de los estándares permitidos. La empresa tuvo que pagar una millonaria indemnización a 16 personas impactadas por el plomo.

Carnahan envió una carta dirigida a la Comisión de Energía y Minas del Congreso peruano manifestando su preocupación por el futuro de La Oroya, debido a que la fundición de Doe Run en Perú presenta similares problemas ambientales y de salud pública que en Missouri.

El congresista recuerda que si bien la fundición ha dado muchos empleos, también ha generado una grave contaminación medioambiental y problemas de salud pública. También hace una breve comparación con el caso de la fundición de plomo de Doe Run en Estados Unidos, localizado en Herculanem, Missouri.

“La fundición ha operado desde 1892 y fue adquirida por Renco Group en 2004. Por muchos años, familias enteras y niños que han vivido cerca de las instalaciones han estado peligrosamente expuestos a altos niveles de plomo”, expresó.

Recordó que la EPA de Estados Unidos ha identificado a Doe Run con un bajo récord ambiental, multándola y obligándola a cumplir estándares ambientales. En 2010 Doe Run se comprometió a pagar 65 millones de dólares por violar las leyes ambientales, así como 7 millones más como reparación civil para remediar la contaminación medioambiental.

“Por estas razones, la fundición de Doe Run en Herculanem cerrará sus instalaciones a finales del 2013”, dice la carta.