Entonces, ¿cómo llamar la atención?

- Primero que nada, piensa claramente qué es lo que deseas señalar. Antes de comenzar a hablar con tu trabajador, define qué es exactamente lo que no está funcionando y enfócate en ese tema.

- Si la reprimenda es sobre la actitud del empleado hacia la tarea, lo que se cuestionará es que la persona no está aportando a la organización lo que la organización necesita de ella. En este caso, pregúntate si el empleado realmente conocía qué se esperaba de su función y de su conducta, revise las constancias que pueda tener al respecto, como manuales de inducción, contratos, etc.

- Pero si la reprimenda es sobre los resultados obtenidos, debes analizar exhaustivamente las causas y aportar soluciones. Evalúa la instancia individual, pero no pierdas de vista la instancia del trabajo en equipo que llevó a esa situación.

- Además, nunca debes dejar de escuchar. Dale a tus empleados la oportunidad de presentar su versión de los hechos, puesto que este es un signo de respeto hacia ellos. Pero no lo hagas simplemente por ser respetuoso: toma en cuenta lo que te dicen y busca junto a ellos soluciones que estén dispuestos a aplicar.

- Y piense que, así como a usted no le agradaría recibir llamados de atención de manera pública, sus trabajadores tampoco se sentirán cómodos con esta situación. Así que hable con sus empleados a solas, en privado, evitando las interrupciones por llamadas o reuniones de último momento.

- Aproveche el momento para hacer saber que no está ahí para aniquilar a sus trabajadores, sino para orientarlos, guiarlos y aportar sugerencias para mejorar. Si los empleados logran captar que esta es su intención, comprenderán mucho mejor la situación y ese es el primer paso para conseguir su apoyo y compromiso.

Fuente: Plusempresarial.com