Son 10 factores, que no pasan por adivinaciones mágicas o complicados secretos, sino de hechos del sentido común, los que te permitirán acercarte al conocimiento del posible éxito o fracaso de tu empresa. Conócelos a continuación:

1. ¿Un líder irrefutable?

Un líder incapaz de escuchar a los demás, es uno de los mayores problemas de cualquier empresa. Incluso pueden ser personas que van por la vida como visionarios, se muestran empáticos y carismáticos, pero lo único cierto es que terminarán convirtiéndose en un problema para el crecimiento de la empresa. Mientras más abierto esté el líder a escuchar a su entornos, más probabilidades habrá de tener alcanzar el éxito empresarial.

2. Directivos bien enfocados

La cualidad más importante que debe tener un directivo es la capacidad de priorizar las tareas dentro de la empresa, y otorgarle mayor importancia a aquellas que hacen avanzar a la empresa. Es, a su vez, una de las cualidades más difíciles de adquirir.

3. Atención con los gastos

Si bien es importante mantener una presencia adecuada, especialmente al iniciar las operaciones, eso no significa que debamos malgastar el dinero durante los inicios de la empresa en la decoración del lugar, contratando más personal del necesario, con grandes locales, etc. Es importante que durante esta primera etapa mantengamos con cuidado el control sobre las finanzas, y prioricemos los gastos necesarios, cuidándonos de caprichos o gustos.

4. Empresas de enanos o de gigantes

Si cada nuevo trabajador de una empresa es más alto que la persona que le contrató, con el tiempo será una empresa de gigantes. Si es al revés, se convertirá en una empresa de enanos. A menudo las personas mediocres o inseguras se rodean de personal poco brillante para sentirse mejor, y ese es uno de los mayores peligros de una organización. Localiza a tus directivos o mandos intermedios que actúan como tapones de talento y despídelos, son un cáncer para tu organización. De igual manera, ofrece la libertad necesaria para que la gente con talento se pueda desarrollar profesionalmente en tu empresa: si les das alas te harán volar.

5. Ubicación

Uno de los secretos del éxito es dar con la ubicación correcta para nuestro negocio. Ubícate lo más cerca posible a tus clientes (y también a tus proveedores) para sacar ventaja desde el primer día del negocio. Eso sí: una buena ubicación no te asegura el éxito, pero sí te aleja considerablemente del fracaso.

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6. Enfrentarse a errores

Si tu empresa inicia su camino con recursos suficientes, la mitad del trabajo está hecho, porque podrás equivocarte y rectificar, un lujo al alcance de pocos. Esto tiene una cara oscura: si sabes que puedes equivocarte sin consecuencias, probablemente cometas muchos más errores. Da igual el dinero que tengas: gestiónalo como si fueras pobre, y llegarás a ser más rico.

7. Escucha a quienes saben

Emprender un negocio no es tarea sencilla, sobretodo si se trata de tu primer negocio. El proceso de aprendizaje es duro y toma tiempo, por ello lo mejor que puedes hacer es juntar un equipo que sea capaz de volcar sus experiencias previas en esta nueva empresa. Rodéate de personas con experiencia, e incluso si no son parte de tu empresa, escucha a aquellos que ya recorrieron el mismo camino que tú.

8. Compromiso

Si a tu equipo parece no afectarle el futuro del proyecto, entonces empezamos mal. Necesitas saber que si algo pasa, podrás contar con ellos a cualquier hora, cualquier día, y que siempre harán lo necesario para dejar las cosas listas.

9. Equipos de alto rendimiento

Crear entornos de trabajo de alto rendimiento es una de las tareas más importantes de una empresa. Esto es fácil de detectar: si ves que la gente disfruta con su trabajo y se cumplen plazos, todo va como debe. Si ves caras largas, excusas con las entregas, y la gente no colabora, hay un ambiente tóxico que terminará pasando una cara factura a la organización.

10. Un verdadero líder

Solo hay una cosa peor que una organización con un mal líder: una organización sin líder. Es fundamental que haya una persona tirando del carro, animando, dando ejemplo, marcando una dirección a la organización. Si hay ausencia de liderazgo, o el jefe no está nunca, o es un mal jefe, la organización funcionará peor, todo será más difícil, se perderá talento y habrá más costes.

Fuente: Plusempresarial.com