Aunque no se pueda predecir exactamente lo que sucederá en el mediano plazo, lo cierto es que hay una preocupación por las implicancias del terremoto en Japón, que tendría un impacto negativo en nuestras exportaciones de minerales, petróleo en un corto plazo y en menor medida de nuestras agroexportaciones, señaló el presidente interino de la Asociación de Exportadores (ADEX), José Luis Silva Martinot.

“El impacto de ese desastre natural sobre la economía global dependerá del grado en el que fue dañada la capacidad productiva y de consumo de Japón y que tan estrechos y amplios son los vínculos económicos y financieros con otros países. Una tercera variable viene a ser la rapidez con que Japón se recupere de los efectos de la catástrofe”, comentó.

El líder exportador también consideró que Japón era una economía “convaleciente” al momento en que se produjo el terremoto y que sus grandes esfuerzos fiscales en el 2009 no terminaron de sacarlo adelante, dejándolo con una mayor deuda. Ello podría demorar las acciones de reconstrucción. “En el corto plazo la demanda japonesa se retraerá pero confiamos que en el mediano y largo plazo necesitará insumos para la construcción”, mencionó.

Añadió que respecto a los vínculos económicos y financieros. Japón tiene como principales mercados EE.UU. y China y que es conocido que, dentro del G20 hay un acuerdo para que a fin de salir de la crisis, es importante que todos los países actúen de manera coordinada, por lo tanto, la crisis japonesa podría afectar el proceso de recuperación mundial haciéndola más lenta.