Un verdadero ambiente navideño es el que se vive y observa en la casa de los hermanos Alatrista Medina, tres hombres que año a año arman el nacimiento más grande del Perú en su casa de San Isidro.

Augusto, Natalio y Raúl son herederos de una tradición navideña que tiene su origen en la devoción religiosa que sentía su abuelo, José Senovio Alatrista, excombatiente de la batalla de Tarapacá, edecán y amigo íntimo del expresidente Andrés Avelino Cáceres.

La edad no ha sido impedimento para que estos hermanos lleven a cabo esta “ancestral práctica”, pues a sus más de 70 años, ellos siguen fieles a su hermoso nacimiento, levantado en toda la primera planta de su vivienda.

“Nosotros heredamos esta práctica de nuestros ancestros, recuerdo cuando éramos niños, mi hermano Augusto, que es el más afanoso, levantaba un nacimiento de juguete al lado del armado por mi abuelo”, revela don Raúl a Peru.com.

Por su parte, don Natalio nos cuenta que gracias a Ina Varúa, todo el Perú se enteró que en San Isidro existía un bello y enorme nacimiento. “Un día, una señora tocó la puerta de nuestra casa y nos dijo que quería verlo, le mostramos y quedó entusiasmada”, contó.

Ella les pidió su permiso para contactarse con la prensa y publicar este gran hallazgo. “Ella dijo que esto no podía quedar oculto y fue así que se contactó con los medios, desde ese día la prensa nos visita cada año”, prosigue don Natalio, quien resalta que ese hecho ocurrió hace 20 años, cuando su nacimiento tenía cerca de dos mil piezas.

Hoy, este nacimiento tiene más de cinco mil piezas, entre esculturas, animales, casas y Papa Noeles; sin contar las luces de Navidad, ni los tres árboles de aproximadamente un metro de altura que adornan su sala.

Esta miniciudad navideña tiene cuatro espacios principales: el primero, ubicado en la entrada de su casa, muestra un pequeño nacimiento, acompañado de varios Santa Claus y al frente de ellos, una iglesia de donde bajan alrededor de 10 parejas de recién casados, “un matrimonio masivo”, señala don Natalio.

El segundo es una réplica exacta del pueblo alemán de Odendorf, ciudad donde se cantó por primera vez el villancico Noche de Paz. “Todas las casitas que se ven aquí están hechas a manos por mi hermano Augusto, todas son de cartón”, precisa don Natalio.

El tercer ambiente muestra la asunción de María, seguido de la tradicional huida a Egipto. El cuarto ocupa toda la sala de la casa y es la ciudad de Jerusalén, en cuyo centro se aprecian grandes estatuas de María, José y el niño Jesús, acompañados de un gran rebaño de animales pastores y un coro de ángeles.

Este espacio muestra la ciudad entera, desde la Mezquita de Omán hasta el centro cristiano religioso, llaman la atención los detalles y acabados delas casas y los paisajes, no por nada este nacimiento demora en armarse tres meses y otros tres en guardarse.

Para los hermanos Alatrista esta “obra de arte” no tiene un valor económico; sino que representa algo sentimental y que prometen seguirán haciéndolo hasta que Dios se los permita.

Por: Ana Lázaro (@rlazdu)