¿La homosexualidad es una enfermedad? Decenas de investigaciones científicas han dejado demostrado que la homosexualidad, de por sí, no está relacionada con trastornos mentales o problemas emocionales o sociales. Pese a ello, existen centros que dicen “tratarla”.

El Centro de Restauración para Homosexuales y Oración (Creho), es dirigido hace 12 años por la pastora María Elena Matos, ella dice tener el secreto para que los homosexuales no se sientan atraídos por alguien de su mismo sexo, sino más bien gusten del sexo opuesto.

La pastora, de aspecto pausado y exhausto, se vanagloria de dirigir este movimiento desde hace 12 años. Ella, lesbiana por más de 20 años, lo fundó tras vivir casi una década con una pareja del mismo sexo y tres intentos de suicidio luego de terminar su relación.

En sus manos, tras vivir una “felicidad efervescente”, cayó un folleto que hablaba del amor de Dios y la invitaba a un movimiento religioso. Ella dice que la ayudaron a cambiar su vida y a darse cuenta de que podía “salir del abismo emocional” en el que se encontraba.

“Desde entonces he vivido en mucha paz, hasta me enamoré de un hombre y estuve a punto de casarme (…) con el paso del tiempo me dije que si lo había logrado por qué no compartirlo y ayudar a otros a cambiar, por eso me decidí a fundar Creho”, cuenta a Peru.com.

A su centro llegan voluntariamente las personas que buscan el cambio, según cuenta. Explica que los colaboradores que trabajan con ella intentan ayudar a los homosexuales que quieren dejar esa vida pero se les hace difícil por su propia voluntad.

TRATAMIENTO

¿Pero cómo logran “restaurar” a los homosexuales? Creho recibe a las personas “confundidas” que dicen llegar voluntariamente, muchas incluso llegan con sus parejas, e inmediatamente después reciben asesorías personales para buscar las raíces del “problema” y tratarlo.

“Primero pasan por una serie de cuestionarios, preguntas en la cual analizamos la niñez o adolescencia para encontrar lo que detonó el problema. Luego se les hace un seguimiento, si el problema es fuerte se le pasa al psicólogo o psiquiatra”, cuenta a Peru.com

Tras una primera fase, los interesados pasan con un grupo de hombres o mujeres, dependiendo del caso, para que aprenda a comportarse como hombre o mujer, cuenta la pastora desde una casa antigua en el distrito de Lince que funge como centro de operaciones de Creho.

Por este centro han pasado cientos de personas y un 30% no logró el cambio. Matos afirma que la mitad de los que no lo lograron fue por falta de voluntad y que todo el proceso para convertirse en heterosexual lleva dos años y depende del empeño de cada persona.

Por: Oscar Guerrero (@oscwarrior)