Jorge Egocheaga, empresario comercializador de armamento, decidió importar, en marzo del año pasado, pistolas calibre 9×19 de una fábrica de Austria, por lo que envió el expediente de importación de esas armas a la DICSCAMEC.
Posteriormente, el expediente fue enviado al Comando Conjunto para obtener una “opinión favorable” de importación.
Luego, Egocheaga recibe la llamada del teniente coronel Barrientos, director de Asuntos Nacionales del CCFFAA, para pedirle un dinero a cambio de otorgarle la opinión favorable para la importación de las pistolas.
Ambos deciden reunirse en el café Starbucks para negociar la “comisión” que recibiría Barrientos (quien no sospechaba que iba a ser grabado por el empresario) por el permiso de importación de 450 pistolas Glocks.
La intención de Egocheaga era grabar la conversación para obtener sus pruebas. “Mi objetivo era tratar de jalarle la lengua lo mayor posible”, declaró a Panamericana TV.
En esa reunión, el empresario y el oficial, que llevó una calculadora para su comisión, llegarían a un acuerdo de 1,750 dólares a cambio de la “opinión favorable”.
Sin embargo, luego del acuerdo y aprobación de la Dirección de Asuntos Nacionales del CCFFAA, el empresario decidió no pagarle a Barrientos y denunciar el caso.