Los humanos vivimos en sociedades que siguen el llamado discurso convencional de la sexualidad, que defiende que el humano es monógamo por naturaleza, aunque defina al hombre como a un animal ansioso.
Cuerpos hipersexuales
Basándose en estudios, Ryan y Jethá explican cómo el cuerpo del hombre está diseñado para una gran actividad sexual.
Además, una alta actividad sexual favorece tanto la salud del hombre, como su fertilidad que decrece cuando no practica sexo.
Al igual que desmitifican el hecho de que el sexo sea menos importante para la mujer, por ejemplo, gracias a su posibilidad de acumular orgasmos, de tal manera que ese placer conduce a la búsqueda de su repetición.