Una investigación científica realizada en Holanda sugiere que ver pornografía en realidad podría apagar ciertas zonas del cerebro que trabajan con los estímulos visuales.
Mientras crees estar relajado simplemente viendo una película, esta actividad en realidad puede involucrar un intenso trabajo relacionado con la visión, ya que se debe enviar un flujo de sangre extra a las zonas del cerebro involucradas en el proceso.
Pero en realidad ver películas pornográficas disminuye el trabajo en las partes del cerebro relacionadas con la percepción y la interpretación de los estímulos visuales.
Mientras se ve una película con contenido sexual explícito, el flujo de sangre parecería desviarse de estas regiones probablemente hacia zonas inferiores más involucradas al proceso de excitación.