Es necesario empezar aclarando que una buena relación entre perros y gatos dependerá siempre de cada uno de los animales en cuestión, así como de la crianza que les hayas dado. Sin embargo, hay algunos mitos sobre la relación entre perros y gatos que tienen origen en ciertas cuestiones que los especialistas de Gabrica explicarán a continuación.
En un estado salvaje, los perros y los gatos son depredadores y presas, respectivamente. Algunos canes atacan a felinos para cuidar su territorio, por una reacción de defensa. Entonces, en el peor de los casos, podrían hacerlo al seguir un instinto de caza.
¿Cómo hacer para que tu perro y tu gato se lleven bien?
Si alguna de las mascotas tiene bien desarrollado su instinto de convivencia, es decir, si fue socializado desde muy joven y goza de un carácter apacible, es probable que acepte con amor al nuevo integrante de la familia, sin importar su especie.
Gatos:
- La vulnerabilidad del gato ante el perro lo obliga a permanecer alerta ante estos animales, especialmente si se trata de una mascota cuyo olor o presencia le es desconocida.
- Suele ser más común que el gato se acostumbre a la presencia de un cachorro. El felino simplemente se mantendrá lejos del nuevo miembro de la familia mientras se gana su confianza. Cuando sienta que el nuevo inquilino invade su espacio, trazará sus límites con firmeza, con un buen bufido o un arañazo de advertencia.
- Sin embargo, si tienes en casa a un gato muy territorial, el que podría verse en problemas es el cachorro. Los gatos agresivos o territoriales pueden ver a los perros como una amenaza para su seguridad, incluso si estos están bien socializados y son amistosos. En estos casos, el animal más pequeño se defenderá con fiereza si lo considera necesario.
Perros:
- Cuando el perro ya es adulto y el que llega a casa es un gatito, las cosas se complican un poco más. Algunos perros pueden mostrarse nerviosos, irritables y agresivos con animales más pequeños, especialmente cuando no fueron socializados adecuadamente desde cachorros. En este caso, la amenaza no recae solo sobre un gato, sino que podría volcarse sobre otro perro de raza pequeña, un conejo, un ave o cualquier otro animal de compañía más frágil y vulnerable.
- Si crees que tu perro tiene problemas de carácter y podría tornarse agresivo con la nueva mascota, evita adoptar a otro animalito. Podrías pasar por una experiencia muy lamentable.
- Lo bueno es que la gran mayoría de los perros no ven a los gatos como comida, ya que la mayoría no tiene tan desarrollado un instinto cazador que les indique que un minino es un animal al que tienen que atrapar.
- Lo que podría ocurrir, en todo caso, es que el perro no vea al gato como a un amigo o un igual, sino como un juguete. Entonces, intentará capturarlo, pero no cazarlo. Al mismo tiempo, si un gato ve a un perro como un amigo de juegos y no como un depredador, el minino podría intentar jugar con él.
La única forma de llegar a esta saludable convivencia es mediante una correcta socialización, en especial si se hace desde que ambos animales son pequeños. Un cachorro y un gatito que crecen juntos podrán tener una relación maravillosa cuando sean adultos.